18.11.08

Prejuicios y estereotipos. Racismo

En la mayoría de los casos, las personas que discriminan a otro son opiniones que se dejan llevar por los prejuicios.
Los prejuicios son opiniones que se emiten sin tener información suficiente sobre el tema, en gral. Son repeticiones de lo otros, sobre lo cual no se ha reflexionado. En una escena de la película decir que todo los negros son delincuentes son opiniones sin fundamento.

En la vida cotidiana esta forma de opinar sobre los otros es bastante común y es una causa frecuente de conflictos y agresiones.

El prejuicio nos lleva a construir estereotipós. Es un conjunto de rasgos que caracteriza a un grupo, ya sea en su aspecto físico, en su manera de pensar o de comportarse.

Hay en esos perjuicios una historia de mandatos acerca de cómo hay que mirar a los otros. Como sucede en muchas ocasiones, lo que vemos esta condicionado por aquello que esperamos ver, al enfrentarnos a esos grupos y personas sobre las que tenemos prejuicios nos parecen que se afirman nuestras ideas.

En la literatura científica-social pueden distinguirse excepciones más o menos restringidas del racismo en función de dos elementos esenciales: en primer lugar su ubicación en el campo de las ideologías ( como discursos, mentalidad, creencias o mitos), en el de las prácticas sociales ( como conducta y política de discriminación y segregación) lo en ambas dimensiones interrelacionando; por otro lado dependiendo de las características o de atributos personales o grupales que están relacionados con las ideas racistas: raciales ( razas físicas, razas social), culturales (étnicas, lingüísticas, religiones, nacionalidad) o ambos conjuntos relacionados.

Mientras más definiciones caracterizan al racismo solo o principalmente como ideología, otros lo hacen como ideología legitimadora de una determinada práctica.

Los análisis sobre las causas del racismo han señalado mecanismos psicológicos (miedo a lo extraño, formación de perjuicios, estereotipos, “chivos expiatorios) y culturales (etnocentrismo, crisis identitorias), económicas “competencia laboral”, funcionalidad del racismo como freno a los planteamientos de clases y políticos (como eje articulador de programas políticos, principalmente en la extrema derecha).

El racismo aparece siempre a brotes en el seno de movimientos comunitarios, y a menudo se encuentra presente sobre todo en los movimientos nacionalistas o religiosos, como se constituyeran no una negación sino una virtualidad de toda acción histórica.

Manifestaciones concretas de racismo, la segregación y la discriminación deben distinguirse desde un punto de vista analítico, la primera mantiene al grupo racionalizado a distancia y le reserva espacios propios, que únicamente pueden abandonar en determinadas condiciones, mas o menos limitado; La segunda le impone un trato diferenciado en distintos ámbitos de la vida social, el que participa, de una manera que puede llegar a humillarlos.

En la practica, segregación y discriminación pueden combinarse como hasta hace poco sucedió en Sudáfrica apartheid conlleva también una organización económica de la
Producción que convertía a los negros en un grupo socialmente dominado, además de segregarlos.
Pueden tender también en algunos casos a disociarse en el curso de ciertos procesos en los que una de ambas lógicas se impone a la otra

La segregación racial no conduce a la participación sino, por el contrario al aislamiento residencial, al término de un proceso que consta de cuatro etapas principales: penetración, invasión, consolidación y hacinamiento.

En un determinado momento, la segregación, sobre todo la racial, se refuerza e incluso se prolonga en otras lógicas, sociales y económicas, obedeciendo a las cuales se constituyen, en el seno de enormes bolsas de miseria, un sub-proletariado cuya suerte ya no puede explicarse únicamente en términos de racismo.

Entre las formas de la violencia racista, podemos mencionar las matanzas, linchamientos, pogromos, asesinatos y atentados. La violencia racista por pequeña o fragmentada que pueda parecer, jamás es totalmente independiente, del contexto político en el que se produce. La violencia, en efecto, esta siempre informado o condicionado del sistema político o por el Estado, pero puede funcionar en otro plano; ella misma puede convertirse también en política, es decir, incorporarse al programa de fuerzas mas o menos organizados, que la inscriben en el centro de una acción directamente política.

La violencia racista nunca surge de la nada social; Casi siempre apunta directo o indirectamente a relaciones y cambios sociales, a fenómenos de movilidad y de decadencia, a movimientos de poblaciones así como a la constitución, al robustecimiento a la prohibición de grupos autodefinidos, por Su identidad, su nexo de unión religiosa, nacional, étnico y al fin de cuenta racial.

Esto no significa que no seamos responsables de nuestros actos y miradas. La comprensión de quienes son los otros ayuda a ir eliminando nuestros prejuicios.

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